jueves, 22 de agosto de 2013

FÚTBOL BASE HOY

El fútbol base, ha cogido un tren equivocado...que le llevará a ninguna parte...Instituciones Públicas, Organismos Federativos, Clubes, Padres, Futbolistas...

En la última década, y debido a los grandes desarrollos urbanísticos de la mayoría de las ciudades españolas, muchos clubes resultaron favorecidos y otros por el efecto colateral desfavorecidos, lo que unido a la falta de ayudas necesarias para igualar las diferencias entre unos y otros, produce un agravio difícil de compensar.

Es significativo un crecimiento paulatino en número de equipos de los favorecidos respecto a los demás clubes que han de sobrevivir en unas condiciones de total desigualdad con respecto a aquellos, y se ha implantado lo que en economía mundial se denomina Norte/Sur, ricos y pobres para entendernos mejor.

Y ¿porqué ese crecimiento?...¿trabajan más y mejor?...única y exclusivamente por afán económico, impropio de lo que debe ser el objetivo del deporte de formación, en detrimento de los fines sociales y deportivos.

El crecimiento debe ser sostenible y equilibrado, pero ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario.    

Considero, que esta situación está impulsada y propiciada por las Instituciones Públicas que deberían mirar por el bien común de todos los clubes y en consecuencia intervenir, para que las desigualdades no se vayan incrementado temporada tras temporada.

Una política errática en la concesión de las instalaciones a los diversos clubes a los que se les fueron concediendo en el tiempo, ha llevado a la situación actual en la ciudad de Gijón, no se han sabido distribuir los recursos con que se contaba en provecho de todos y no de unos pocos clubes.

Ante la situación actual, y dada la carencia de instalaciones, existiendo más demanda que oferta, pero no porque se hayan creado más clubes, ya que existen hoy los mismos que existían cuando se empezaron a construir los nuevos campos municipales, por lo que no aumentó la demanda sino que no se construyeron instalaciones suficientes para atender las necesidades existentes, y las Instituciones, insistimos, no fueron capaces de mirar al futuro y repartir esos recursos públicos y escasos, de otra manera que beneficiase a una mayoría y no a unos pocos.

Es el momento que las Instituciones Públicas cambien sus políticas deportivas, en aras de impulsar un nuevo concepto que permita a todos los clubes de la ciudad disponer de los medios e instalaciones precisas para la práctica deportiva.

¿Se deben utilizar los recursos públicos en provecho de una minoría, sin tener cubiertas las necesidades de la mayoría?



 

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